miércoles, 6 de febrero de 2008

Una vida Rosa

Estaba hablando hace unos minutos con una gran amiga mia por el msn (si, ya se que son horas de trabajo, pero me da igual), y de un debate anterior acerca del aborto me he enterado de que ella estuvo embarazada (llegó a estar de 5 meses) a los 19... fruto de lo que ella ha calificado como un "abuso". Ella (me cuesta entender los motivos) quiso tener el bebe, pero tuvo "un problemilla" y abortó. Es una chica a la que quiero muchisimo, y ya tengo un largo historial clinico suyo en lo que son malas experiencias de vida, juicio contra su padre por malos tratos (ambas cosas no están relacionadas, el violador era un desconocido), novios infieles hasta la humillación... Me ha hecho pensar

Me ha hecho pensar en las personas que conozco. Y, no llegarán a ese nivel, pero si que he conocido personas con graves problemas mentales (bulimia, alcoholismo duro, psicosis, tendencias suicidas...), con problemas económicos que han truncado adolescencias enteras, con problemas de adicción de drogas que ni el proyecto hombre supo curar hasta el punto de haberle debido dinero, mucho dinero, a gente peligrosa, muy peligrosa, padres desaparecidos y madres ausentes, blanco de maltratos físicos crónicos por yo que sé que cafres de instituto, mentirosos crónicos que llegaban a vivir en su mundo de fantasía... Hay gente que lo ha pasado muy mal. Es una frase muy manida, pero a veces traspasa lo acepetable. Y me pongo a pensar

Me pongo a pensar que muchas de esas personas (no es el caso de la chica con la que hee abierto el blog) que tan mal lo han pasado siempre tienen en la boca que "tal persona lo ha tenido muy facil", que si a esa otra "le falta vida...", que si "yo he vivido mucho", que si "yo se de lo que hablo"... ¿Hay que darle valor a haber pasado esas macabras experiencias? ¿La marca imborrable que han vivido es motivo de orgullo? Quizas si haberlas sobrevivido. Pero el desprecio que tienen de una vida "agradable" no me parece bien.

En este punto no se muy bien a donde quiero llegar. Simplemente me he puesto a pensar (¿y cuando eso ha llevado a algo bueno?) que yo he tenido mucha suerte. He tenido unos padres que puede que hayan sido un coñazo muchas veces, pero siempre me han tratado bien, me dieron una educación abierta e ilustrada. Me proporcionaron todos los medios a su alcance (y no fueron pocos) para que yo tuviera una formación, y es más, me dejaron elegir esa formación. En cuanto amigos, puede que en mi adolescencia los elgiera mal. Pero desde mi último cumpleaños, se que soy muy muy afortunado en tener los amigos que tengo desde hace ya mucho tiempo (por cantidad y por calidad). Nunca he tenido realmente problemas economicos (es lo que tiene haber empezado a trabajar los veranos desde los 13 años, y no me quejo). Ahora mismo, justo en este instante estoy en un grado de felicidad que hacia tiempo que no recordaba, sobre todo despues de un año bastante tonto.

Y puede que a mis 27 años me "falte vida".

Quizas no quiera "esa vida" que me falta...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me he tomado la libertad de tomarme mi tiempo antes de entrar en harina sobre tu texto. Lo de la "mucha vida", la "poca vida", o la madre que parió a las graduaciones existenciales es algo más serio de lo que parece. Principalmente, porque queda demostrado que no hay nada más estúpido que las cifras en las tragedias, como si un muerto más o un muerto menos pudiera dignificar o encumbrar un suceso por encima del otro.
Por si esto fuera poco, en la corriente generalista de victimismo que se vive (algo así como un Opencor de la tragedia que abre hasta las tres de la mañana los sábados) parece que las heridas de guerra son siempre más decorativas para todo: ningún anciano es más noble que el que vivió la Guerra Civil de marras, ninguna ama de casa más triste que la que sufrió un maltrato, ningún despechado más despechado que el que sorprendió a su querida en afrenta de la carne.
A veces es mejor (y en esto vuelvo a tu texto y coincido de punta a punta) mantener el rigor y la calma frente al efectismo de la tragedia. Creo que hay una gran dignidad en la gente que simplemente pasa desapercibida con su cruz a cuestas. Por otra parte, yo también me alegro de haber "vivido menos".

Ethos dijo...

Puestos a comentar sobre un tema muy interesante, quiero recordar un dicho: "La ignorancia es la felicidad". No conozco yo a mucha gente como la que comentáis, de esa gente que se enorgullece de "haberlas pasado putas". Yo diría que todos los seres humanos, por encima de casi todo, lo que queremos es la felicidad, y aquellos que critican a las personas "felices" (supuestamente) seguramente una gran mayoría lo harán por envidia o celos. Todas las vidas son igual de respetables, de hecho mi filosofía es que el mismo respeto merece un ser humano que un ser vegetal o un ser inerte como una piedra. Lo que ocurre en mi opinión (y ya acabo) es que desde que como seres vivos nos volvemos sociables, no hacemos más que liar las cosas y retorcerlas volviendo complicado lo que desde el punto de vista de, por ejemplo, una piedra, es bien simple. Y weno, para ser un poco "discordante?" diré que yo quiero vivir más, ya que por naturaleza me cuesta ser feliz, pues "de mojados al río". :P